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domingo, 15 de abril de 2018

Náufrago.

El náufrago se encontraba bocarriba, flotando en el agua. Hacía un día espléndido, el radiante Sol calentaba su cara y apenas algunas nubes cubrían el firmamento. Eran estas blancas nubes lo que el náufrago observaba detenidamente, pensando que surcaban el cielo igual que su barco había surcado el mar hasta hace poco.  De hecho, es probable que aún lo hiciera. Si no se había hundido aún, el impredecible aire lo estaría guiando hacia nadie sabe dónde.

Ninguna temible tormenta, ni huracanes destructores, ni siquiera un kraken gigante habían convertido al náufrago en náufrago. Él lo era por convicción propia, nada accidental. Lo más complicado había sido convertirse en uno, y le tomó largo tiempo encontrar la forma propicia de hacerlo.

Al principio pensó que debería estrellar su navío Níveo (así bautizado pues era tan blanco como la nieve) contra alguna costa, para destrozarlo y, con suerte, caer por la borda. Pero deshechó la idea, pues no era seguro que fuera a sobrevivir al impacto. La segunda idea fue hacer unos agujeros en la parte más baja del barco, para conseguir que se hundiera. Pero, a pesar de parecer un buen método, le tomaría demasiado tiempo, pues era el único tripulante de la nave, y también acabó descartándolo. Quería ser náufrago, pero quería serlo ya.

Muchas otras ideas cruzaron su mente: intentar que el barco fuera atracado, acercarse a las zonas más climatológicamente peligrosas del mar, e incluso fingir una aparatosa serie de resbalones que desembocarían en una poco fortuita caída. Sin embargo, siempre surgía algún tipo de problema. Finalmente, y tras mucha reflexión, el aún no náufrago se colocó en la proa, miró al extenso infinito del horizonte, y saltó. Ni siquiera saltó de cabeza, simplemente se impulsó un poco y dejó que la gravedad actuara.

¡Plash! Su cuerpo turbó el monótono movimiento del agua durante unos instantes, hasta que el recién estrenado náufrago consiguió colocarse bocarriba. Flotaba, podía respirar sin problema. Una calma interna empezó a invadirle, se sentía mejor que nunca. Y, un tiempo después, aquí se encontraba, mirando a las nubes y comparándolas con su embarcación.

El náufrago se encontraba profundamente concentrado en sus pensamientos. ¿Hay tripulantes en las nubes? Si los hay, ¿podrían naufragar también? Quizás ya lo hagan y no nos damos cuenta. ¿Y debajo de mí, los seres que vivan ahí, podrán naufragar también? ¿Y pensarán lo mismo que pienso yo cuando ven la parte hundida de los barcos cruzar sobre ellos?

Los días pasaban y el náufrago era feliz así. Iba a morir pronto, claro, pues no contaba con comida y, aunque suena algo irónico, tampoco con agua. Pero no suponía ningún problema para él, pues su elección había sido escogida atendiendo a todos los pormenores. Fijó su vista al horizonte durante un momento, y al observar que se acercaba a tierra, nervioso, dió un giro de 180 grados y empezó a moverse en dirección contraria. No quería en absoluto ser rescatado, pues eso supondría un profundo interrogatorio sobre por qué había cogido tal barco y se había dirigido sólo a alta mar.

Todo era paz y tranquilidad. Rumor de agua.

Pero el final estaba cerca, él lo notaba. Apenas podía ya sostener la vista y respiraba con dificultad, pero su mente estaba en ebullición constante, las ideas fluían como nunca. Habría sido magnífico que algo de ello hubiera quedara escrito. Sin embargo, esas últimas conexiones mentales se apagaron para siempre al poco tiempo, bajo un Sol y sobre el agua de los que brotan la vida. El náufrago había pasado de ser un náufrago a un naufragio para su ser.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado muchísimo, como todo lo que escribes. Es que simplemente tienes un algo que hace que fluya todo, cada descripción y cada personaje de tus historias, y desde alguien que ha probado la escritura sé lo complicadísimo que es captar esa sensación, pero vaya si lo consigues. Además no sólo las historias que se te ocurren, también los temas que eliges son creativos y parte de ti, y vamos, se nota muchísimo que quieres expresar algo, y eso engancha. Eres alguien interesantísimo, y sabes usarlo! Me encanta!!

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    1. Muchas gracias por tu comentario y tus palabras, me anima muchísimo leer cosas así. Me queda bastante que mejorar, pero poco a poco voy intentando pulirme, aunque no creo que eso sea algo que algún día termine.

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